Un país que amplía su frontera. Vegetación salvaje, clima inconsistente, fauna por descubrir y especies en vía de extinción.
Otro país comparte esa frontera y abraza la línea imaginaria que cruza ríos y montañas ignorantes de la situación. En ese abrazo tan extenso como frágil, aprenden ambos países un idioma extranjero.
playa nevada
lunes, abril 8
jueves, marzo 29
playa nevada II
Ella usa gorros para el frío.
Él intenta conservar el poco pelo que le queda.
Ella esconde lunares rojos en la sien.
Él muestra viejas cicatrices mal llevadas.
Ella aprende a dominar una motocicleta.
Él no sale sin su bicicleta a ninguna parte.
Ella tiene tres hijos gatos.
Él extraña a su perro.
Ella vive en las montañas.
Él camina lento las aceras.
Ella se distancia con facilidad.
Él se acerca torpemente.
Ella dice ser gris.
Él quiere regalarle unos crayones.
Ella está acostumbrada a seguir.
Él quiere que lo detengan.
Ella es la vida que le queda.
Para él, ella tiene la vida que le falta.
Él intenta conservar el poco pelo que le queda.
Ella esconde lunares rojos en la sien.
Él muestra viejas cicatrices mal llevadas.
Ella aprende a dominar una motocicleta.
Él no sale sin su bicicleta a ninguna parte.
Ella tiene tres hijos gatos.
Él extraña a su perro.
Ella vive en las montañas.
Él camina lento las aceras.
Ella se distancia con facilidad.
Él se acerca torpemente.
Ella dice ser gris.
Él quiere regalarle unos crayones.
Ella está acostumbrada a seguir.
Él quiere que lo detengan.
Ella es la vida que le queda.
Para él, ella tiene la vida que le falta.
miércoles, septiembre 7
ver
Siempre que caes aquí: así, por estas cuencas que gotean, pienso en nubes. Pasas sin saber que caes, pero yo te agarro, te traigo y te quedas un buen rato mientras llueve. Y las nubes siguen ahí. No, no siguen. Llegan contigo.
Tantas formas de aprender a querer la lluvia y me vengo a encontrar con el agua para olvidarme cómo era.
Tantas formas de aprender a querer la lluvia y me vengo a encontrar con el agua para olvidarme cómo era.
Se me olvida y vuelves a caer. Y me vengo a enterar de vuelta.
miércoles, febrero 2
trampantojo
Es como hurgarse una vieja cicatriz. Por un lado, es la inyección de antibiótico contra el dolor; saberse capaz de mantener la cordura y olvidarse de la herida consentida tiempo atrás, el salto al vacío; es incluso no tener en mente ni puente, ni baranda, ni altura suficiente para saltar. Pero es también de forma inevitable el recordar una sensación de trecho inabarcable. Insostenible. La sensación de estar a dos centímetros de distancia en la escala de un gigante de un kilómetro de altura. Lejos. Lejísimos. Solo queda el minúsculo orificio de la aguja en el antebrazo. Y un paliativo corto, que tiene la horrible propiedad de amansar el dolor, hacerlo invisible, acostumbrar al organismo al bienestar simple y temporal, para agotarse sin aviso y dejarlo inevitablemente expuesto a una dolencia ya olvidada.
"...y así se va el tiempo sometido a esos forcejeos nuestros ineficaces y contradictorios, nos permitimos ser impacientes y desear que lleguen las cosas que ansiamos y se postergan o tardan, cuando todo parece poco y demasiado rápido una vez llegado y una vez concluido, repetir cada acto querido nos acerca algo más a su término, y lo malo es que también nos acerca no repetirlos, todo viaja lentamente hacia su difuminación en medio de nuestras aceleraciones inútiles y nuestros retrasos ficticios, y sólo la última vez es la última. "
J. Marías
lunes, enero 24
Inertiatic Esp
La desdicha de no saber y tener que obrar porque hay que darle un contenido al tiempo que apremia y sigue pasando sin esperarnos, vamos más lentos: decidir sin saber, actuar sin saber y por tanto previendo, la mayor y más común desgracia, previendo lo que viene luego, percibida normalmente como desgracia menor, pero percibida por todos a diario.
Algo a lo que se habitúa uno, no le hacemos mucho caso.
J. Marías.
jueves, enero 20
quiero
Esperar son los tres puntos suspensivos entre paréntesis que encuentras en medio de un párrafo que sabes que quieres leer hasta el final.
Pero te estrellas con un muro de segundos desperdiciados de inactividad. Quedas atrapado en pura potencia, en el deseo de, el anhelo, la hipótesis, la parte de, la espera, la insatisfacción.
Como pasa en una cita parafraseada, se dejan de decir cosas, se omiten las palabras, se elije ese específico fragmento y no el todo; se escoge solo lo aparentemente importante, intentando no perder el argumento. Ahora, no es lo mismo decir quiero a decir quiso.
Esperar, hoy, es acercarse al primer plano de cada punto en suspenso y poner atención a lo que suena, mientras el párrafo se decide a continuar.
miércoles, enero 19
blanco sobre negro
El vestido-bandera, brazos-asta.
Blanco.El vestido. Jamás la he visto forrada de algo que no fuera oscuro y cerrado. Hoy, esta mañana, hace apenas un momento, después de una larga indecisión, se miró al espejo. Fue al baño, repitió cada paso higiénico de rutina, en ese pequeño rectángulo de baldosas blancas. Volvió a mirarse, con el pelo húmedo y suelto. Se tragó su aliento bloqueando un suspiro, tratando de desfigurar esa imagen que se devolvía distorsionada.
Esa Otra abrió el armario infestado de telas negras y buscó el color de ese vestido entre las sombras. Y es posible asegurar que esa Otra es la que ahora mira por la ventana fumando y aunando razones para volver a ser ella. Para regresar. Para dejar de necesitarme. De quererme, quizás.
Podría asegurarlo. Pero no quiero.
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