miércoles, enero 19

blanco sobre negro

El vestido-bandera, brazos-asta.
Blanco.

El vestido. Jamás la he visto forrada de algo que no fuera oscuro y cerrado. Hoy, esta mañana, hace apenas un momento,  después de una larga indecisión, se miró al espejo. Fue al baño, repitió cada paso higiénico de rutina, en ese pequeño rectángulo de baldosas blancas. Volvió a mirarse, con el pelo húmedo y suelto. Se tragó su aliento bloqueando un suspiro, tratando de desfigurar esa imagen que se devolvía distorsionada.


Esa Otra abrió el armario infestado de telas negras y buscó el color de ese vestido entre las sombras. Y es posible asegurar que esa Otra es la que ahora mira por la ventana fumando y aunando razones para volver a ser ella. Para regresar. Para dejar de necesitarme. De quererme, quizás.

Podría asegurarlo. Pero no quiero.

No hay comentarios.: