El estado del tiempo. Ahora sé que la real nostalgia, la única permisible, es aquella que crece donde nunca se caminó, en la acera de una calle rota por donde jamás se transitó.
Lo demás, con kilogramos de arrepentimiento, es vano, inútil.
Se hace vano ir muriendo al ritmo de días que se han escapado. Se hace natural mojarse y dejar que la ropa se seque con el calor del día.
Es ahora. Te vas muriendo. Y no es lento.
Quiérelo todo. Mucho no es suficiente.
1 comentario:
Yo también aprenderé a olvidar. El cruce de un camino incierto, el sol que te ladra sobre el rostro, la palabra ausencia que penetra como el puñal de un moro. Yo también transito por lugares sin nombre, me encamino por las calles que no poseen dirección. ¿aún amas una ventana discreta por donde hablarías con la luna, una sopa tibia, una amistad por ser reconocida, el agujero de una duda, la espada de una rebeldía, las teorías de la ironía y el vino que no te has tomado todavía?.
También me esconderé en mis ánforas, dedicaré el sacerdocio del sexo a los actos donde se esquilman los cerebros, abandonaré esa propuesta de niña delincuente, pasaré tranquila a las manos de una silenciosa maestra en las tareas de aletris, las hemanas de Isis. Seguiré la vagancia por un pensamiento errático, mullida sensación de no haber poseído nada.
Es algo raro a veces, tu voz es la liviana queja de un ser que nunca estuvo cerca, tu imagen es una alegre sensación de pérdida. Hay un amor muy grande en todo esto, el olvido nos abraza para saber si es posible un encuentro como seres renovados en nuestros propios pasos. Olvido es una flor que se sembró en un lugar que ya perdió su nombre. Algún día buscaremos sus frutos, como el azar nos devuelve los besos. Nada se pierde, todo queda escondido hasta que la memoria permita reconocer lo que se olvida.
M.M
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